miércoles, 24 de mayo de 2006

in sotto voce...

Con seguridad estas serán las últimas palabras que dedique a la fuerza centrifuga que presionaba mi corazón… obstinación por mantener antiguas leyes y preceptos de amores perdidos… No puedo asegurar que haya sido la pasada noche o esta misma mañana… o días atrás… Ahora, puedo corroborar que el calor puede mantenerse artificialmente… aunque la humedad posada sobre la soledad de los sueños oxida inevitablemente…
Estaba enamorado de una mujer que se llama … Es extraño lo que puede hacer la mente cuando el corazón le da instrucciones… He descubierto que es poco lo que no se puede soportar… Son tantas las palabras que se pierden… martes de lluvia y diferencias insuperables…

Para acabar por esta noche el cuaderno de bitácora… un extraordinario fragmento del “libro del amor” de Nicole Krauss.
“Aquel espacio estuvo vacío mucho tiempo. Quizá años. Y cuando al fin volvió a llenarse, tú sabías que el nuevo amor que sentías por una mujer hubiera sido imposible sin …. De no ser por ella, nunca hubieras tenido ese espacio vacío ni sentido la necesidad de llenarlo”.

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