Ámsterdam es una de las ciudades más románticas del mundo, por lo que estar aquí en el Día de San Valentín es una oportunidad que no se debe perder.
Desde temprano, las calles están llenas de actividad, con personas comprando flores, chocolates y otros regalos para sus amores. El mercado local está abarrotado de floristas vendiendo ramos de rosas rojas, el símbolo universal del amor apasionado.
Los restaurantes están listos para una noche ocupada, con mesas decoradas con velas y flores. Parejas jóvenes y mayores se visten con sus mejores galas para una noche romántica juntos.
Miro a mi alrededor y veo parejas felices caminando de la mano, besándose en los puentes y disfrutando de la noche juntas. Me siento un poco triste por no poder compartir esta experiencia con mi amor, pero al mismo tiempo, estoy agradecido por tener la oportunidad de trabajar en esta maravillosa ciudad.
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