lunes, 10 de abril de 2006

Teatro del absurdo

“Si uno se entrega al texto, éste se abre como una flor exótica, aunque raída. Samuel Beckett.
La obra de Beckett resuma pesimismo pero también de destellos de humor y ternura. Sus personajes, muchos de ellos mendigos y borrachos, encarnan una voz que repite que nada cambia, que todo permanece, que no hay posibilidad de saber quiénes somos y que la sombra de la muerte todo lo domina e incluso empantana…

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