lunes, 6 de marzo de 2023

Febrero en el corazón de La Rioja

A finales de febrero, el frío era intenso en las afueras de Haro, una pequeña población en el corazón de La Rioja. Los campos de viñedos estaban cubiertos de nieve y la única actividad era la que se podía ver en las bodegas subterráneas, conocidas como "calados".

En una de estas bodegas, un bodeguero llamado Carlos estaba ocupado rotando las botellas de vino. La bodega estaba a oscuras, con solo la luz tenue de una linterna para iluminar su camino. El aire frío y húmedo llenaba sus pulmones, recordándole que estaba en un lugar especial, uno que había sido parte de su vida desde que era un niño.


Carlos había crecido en una familia de bodegueros, y desde una edad temprana había aprendido el arte de la producción del vino. Había pasado muchos inviernos en estas bodegas, cuidando las botellas de vino que yacían en las hileras cuidadosamente organizadas. Cada botella era un tesoro, y él las trataba con el mismo cuidado y atención que se le daría a un recién nacido.

Mientras trabajaba, Carlos recordaba a su abuelo, quien había comenzado la bodega hace muchos años. Había sido un hombre sabio y paciente, y Carlos había aprendido mucho de él a lo largo de los años. Ahora, Carlos estaba pasando ese conocimiento a su propio hijo, quien estaba aprendiendo a ser un bodeguero de la familia.

A medida que se acercaba el final de su tarea, Carlos se detuvo y tomó un sorbo de vino de una botella que había estado en la bodega durante muchos años. Cerró los ojos y saboreó el sabor complejo y profundo que solo se podía obtener después de años de maduración en los calados. Era un recordatorio de por qué su familia había estado haciendo vino durante tantas generaciones, y por qué lo seguirían haciendo por muchas más.

Al salir después de terminar su tarea de la bodega, Carlos vio la nieve cayendo suavemente afuera. Sabía que la primavera estaba a la vuelta de la esquina, y con ella vendrían nuevos vinos y nuevas historias. Pero en ese momento, estaba contento de estar en el calado, rodeado de botellas de vino que habían estado allí durante décadas, esperando a ser descubiertas y disfrutadas por los amantes del vino de todo el mundo.

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