Establecer una marca en el mercado es el verdadero arte del marketing. No se consume el producto, sino la imagen que uno tiene del mismo.
Construir una marca no es sólo darle un nombre a un producto, sino también, generar una experiencia. Una marca es un nombre, pero cuando la marca es poderosa, hace pensar en muchas más cosas.
El público establece sus referencias teniendo en cuenta la marca. Las marcas representan más que el producto: representan una configuración de servicios, valores y promesas hechas por el vendedor.
Si los consumidores compraran productos sin importarles los servicios, los beneficios y todos los productos fueran los mismos, los mercados se basarían exclusivamente en el precio. Las compañías siempre pueden especializarse en fabricar la versión más sofisticada del producto y cobrar un precio alto para así cubrir sus costes.
Así los bienes serán productos de lujo, con una calidad, terminación, durabilidad, rendimiento y estilo superiores. Muchas veces ocurre que el precio supera el incremento real de la calidad.
Esta versión sofisticada del producto puede existir siempre que existan compradores que quieran sostener los esfuerzos de los productos onscientes de calidad superior. En casi todas las categorías de productos existen compañías que ofrecen lo mejor.
A veces uno se sorprende por la irrupción de un nuevo competidor que establece un precio muy alto. Un ejemplo sería Haagen-Dazs, que se promovió como una marca de helados de alta calidad, a un precio jamás antes cobrado.
Muchas personas se quejan de que algunos fabricantes proporcionan más de lo que ellas piden y sin embargo siguen pagando el precio más alto.
El posicionamiento de valor más exitoso sería ofrecer a los clientes y sus compradores potenciales «más por menos».
Si los consumidores compraran productos sin importarles los servicios, los beneficios y todos los productos fueran los mismos, los mercados se basarían exclusivamente en el precio. Las compañías siempre pueden especializarse en fabricar la versión más sofisticada del producto y cobrar un precio alto para así cubrir sus costes.
Así los bienes serán productos de lujo, con una calidad, terminación, durabilidad, rendimiento y estilo superiores. Muchas veces ocurre que el precio supera el incremento real de la calidad.
Esta versión sofisticada del producto puede existir siempre que existan compradores que quieran sostener los esfuerzos de los productos onscientes de calidad superior. En casi todas las categorías de productos existen compañías que ofrecen lo mejor.
A veces uno se sorprende por la irrupción de un nuevo competidor que establece un precio muy alto. Un ejemplo sería Haagen-Dazs, que se promovió como una marca de helados de alta calidad, a un precio jamás antes cobrado.
Muchas personas se quejan de que algunos fabricantes proporcionan más de lo que ellas piden y sin embargo siguen pagando el precio más alto.
El posicionamiento de valor más exitoso sería ofrecer a los clientes y sus compradores potenciales «más por menos».
En definitiva, cada marca debería adoptar una estrategia de posicionamiento de valor destinada a su mercado objetivo. La propuesta de «más por más» atraerá a un mercado objetivo, «menos por mucho» atraerá a otro.
Autor: Philip Kotler
Fuente: Daemon Quest
Fuente: Daemon Quest
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