Las cosas percibidas flotan como témpanos en el cálido mar de la conciencia… y se puede escoger aún una de ellas, aislarla, darle vueltas, compararla con otras... Pero avanzan las horas y disueltas descienden y se mezclan, juntan sus elementos con antiguos estratos, se diluyen y aquietan en corrientes internas y el caudal del espíritu se aplaca… sigue sonando el último larga duración de Placebo; en el fondo los posos de lo muerto reposan inmóviles…
Y allí, en el fondo… la atmósfera más acogedora… que la que estoy teniendo en este instante… dejo correr la vista alrededor, bebo sorbos de vino y me cuesta reconocer… Tengo ganas de dormir contigo...
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